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El buque insignia de Mercedes-AMG también adopta la tecnología híbrida de la Fórmula 1.

La gama de la gran berlina de Mercedes-Benz se completa con una versión de altas prestaciones que se sitúa a la cabeza en potencia, prestaciones y tecnología.

Mercedes-AMG presenta el Clase S más extremo, potente y deportivo de la gama. El S 63 E Performance, que así se denomina comercialmente, cuenta con un sistema de propulsión híbrido enchufable de 802 CV, tracción a las cuatro ruedas y dirección en el tren trasero ya presente en otros modelos de la marca.

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El motor térmico es un V8 biturbo de gasolina, 4,0 litros y 450 kW (612 CV). Se combina con un motor eléctrico síncrono de excitación permanente, una batería de alto rendimiento desarrollada en Affalterbach y el sistema de tracción total AMG Performance 4MATIC+ totalmente variable. La potencia del sistema de 590 kW (802 CV) y el par máximo del sistema de 1.430 Nm permiten un rendimiento de conducción impresionante: La aceleración desde la parada hasta los 100 km/h tarda 3,3 segundos. La propulsión solo finaliza a 290 km/h regulados electrónicamente (con el paquete AMG Driver opcional).

El motor eléctrico de 140 kW (190 CV) está situado en el eje trasero, donde se integra en una compacta Unidad de Accionamiento Eléctrico (EDU) junto con una caja de cambios de dos velocidades de accionamiento eléctrico y el diferencial de deslizamiento limitado del eje trasero controlado electrónicamente. Los especialistas denominan “P3-Hybrid” a un vehículo basado en esta configuración. La batería de alto rendimiento también se encuentra en la parte trasera, por encima del eje trasero.

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Suspensión neumática y dirección en el tren trasero

El tren de rodaje integra una suspensión neumática con regulación automática de nivel, combinada con una amortiguación ajustable. Los puntales de la suspensión neumática se llenan de aire según la situación y permiten así una configuración más suave o más dura. Otra característica es el control de nivel, que baja automáticamente la Clase S 10 milímetros por encima de los 120 km/h.

La dirección del eje trasero de serie funciona con un ángulo de giro máximo de 2,5 grados. Esta es la cota máxima que pueden bascular las ruedas del eje trasero en sentido antagonista al giro de las ruedas delanteras hasta una velocidad de 100 km/h (variable, en función del reglaje elegido). Esto conlleva un acortamiento virtual de la distancia entre ejes y da como resultado un giro mucho más ágil, un menor esfuerzo de dirección y una mayor manejabilidad. Esto reduce notablemente el radio de giro al girar o aparcar. A velocidades superiores a 100 km/h, las ruedas traseras giran en paralelo a las delanteras. La extensión virtual de la distancia entre ejes tiene un efecto positivo en la estabilidad de la conducción: Acumula la fuerza lateral más rápidamente al cambiar de dirección, lo que permite que el vehículo responda más directamente a las órdenes de dirección. La respuesta de la dirección del eje trasero depende también del programa de conducción seleccionado.

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