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Fue una victoria muy trabajada, con un margen ajustado sobre Dieguito Domínguez y nuestro amigo Rogelio Peñate

Esta última crónica del año la estarán leyendo todos ustedes justo cuando estemos terminando nuestra última carrera de la temporada, el Rallye de Itapúa, en Encarnación, ciudad paraguaya a orillas del Río Paraná y justo enfrente de Argentina (el puente que las une se ha mantenido cerrado por la pandemia). Independientemente del resultado que cosechemos este último fin de semana de noviembre, toca hablar de nuestra victoria en el Rallye de Cordillera, disputado dos semanas después del Catalunya en torno a la ciudad de Eusebio Ayala. Realmente, en un primer momento estaba pensado que fuese justo después de nuestro rallye de casa, pero finalmente se retrasó una semana, por lo que a mí me dio tiempo a pasar seis días en Cantabria con los que en principio no contaba.

Mi octavo o noveno viaje a Paraguay de este año, ya pierdo la cuenta, tuvo el mismo formato de siempre. Se sale el lunes por la noche desde Madrid directo a Asunción, unas 10 horas. Allí llegas al amanecer. Según la época del año, el huso horario de Asunción puede variar entre las 4 y las 6 horas menos que Madrid. Ahora por ejemplo que allí desde octubre han adoptado el horario de verano, con España, al tener ya nosotros el del invierno, hay solo 4 horas. Mientras que en todas las carreras que hice allí en junio, julio y agosto, invierno austral, la diferencia eran 6. Normalmente, cuando llego allí el martes por la mañana, ese suele ser un día de estar en el hotel y salir a correr o caminar, pero más que nada de regular el horario. Está prohibido dormirse por mucho que en el vuelo no hayas pegado ojo. Hay que llegar hasta las 9 o las 10 de la noche de ese martes sin pestañear. Es la única manera de regular el sueño para el resto de la semana, por duro que parezca.

Posteriormente, el miércoles ya, en mi caso voy a la sede del equipo, porque suele ser el día en el que se publica el recorrido, incluidos mapas y roadbook, y por tanto en las oficinas del MZR Team preparo todo junto a los otros copilotos de la familia Zaldívar. Los jueves se suele madrugar bastante para llegar a la zona del país donde se vaya a disputar la prueba y hacer unos tests desde media mañana en adelante, normalmente entre 3 y 4 horas de puesta a punto en un terreno parecido o similar al del rallye. Y ya el viernes se dedica a los reconocimientos durante todo el día, con la salvedad de que a mediodía hay que reservar 1 hora y media de Shakedown. Esto no es normalmente un problema, puesto que todos los rallyes en Paraguay son muy compactos y está todo muy a mano. Normalmente, los tramos cronometrados se distribuyen a ambos lados de una ruta principal que llega también al parque de asistencia. Ha habido algún rallye, sobre todo en invierno, que por temas de poca luz se ha permitido dar una pasada de reconocimiento a todo el rallye el viernes, y después el sábado se ha dado una a lo del sábado (de 8 a 10 de la mañana), y el domingo otra a lo del domingo, comenzando posteriormente las respectivas etapas sobre las 11.

Independientemente de lo que os he explicado, el mencionado Rallye de Cordillera supuso nuestro primer triunfo absoluto allí. Fau, el equipo y el coche funcionaron a la perfección, y el rallye, al igual que en Carapeguá el mes anterior, ya no tenía restricciones de público. Fue una victoria muy trabajada, con un margen ajustado sobre Dieguito Domínguez y nuestro amigo Rogelio Peñate, a los que siguieron en tercera posición Miki Zaldívar (padre de Fau) y Figu Aguilera.

 

Nº 1766 (Diciembre, 2021)

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