AutoHebdoSport
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Octubre, 2022

Sí, toda una vida la mía (1984-2018) dedicada a AUTOhebdo SPORT, y por ende a los rallyes, ya fueran del Campeonato de España o del Mundial, para ofrecer a nuestros lectores lo mejor posible, lo que daban de sí tanto uno como otro campeonato.

Cuando llegué a tu revista, preferida y favorita, AUTOhebdo acababa de arrancar en España. Una cabecera cuyo nombre sonaba raro y que muchos de nuestros lectores no acababan de entender, porque “hebdo” provenía, por aquello de los copyrights, de la revista francesa Auto Hebdo, y que en nuestra lengua significa semanario.

Poco a poco, y desde una más que sencilla y mínima redacción sita en la calle Alcalá de Madrid, fuimos creciendo a los mandos de nuestro editor, Luis Ramón Criado, gran periodista y mejor gestor, y de nuestro director comercial, clave para impulsar el desarrollo de la publicación, José Luis Ganchegui. Entre otros grandes profesionales que han formado parte del equipo de la revista, quiero recordar especialmente a Luis Garrido, un tipo único en todos los sentidos.

Al poco de llegar yo, apareció por la redacción un recién licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra, Juan Manuel Fernández Pellón, que, tras no pocos avatares, quién lo iba a decir, llegaría a ser el director de la actual AUTOhebdo SPORT. Con Juan Manuel, “Ferrari” por su pasión por los bólidos rojos, compartí años y años siguiendo los rallyes en su versión de asfalto para relatar lo que sucedía, mientras que Joan Aymamí se hacía cargo de plasmar como nadie las mejores imágenes por toda la geografía nacional donde acontecían las pruebas.

Ambos vivimos unas temporadas apasionantes. Junto con nuestros colaboradores regionales, intentábamos cubrir hasta los acontecimientos más recónditos, procurando que no se nos escapara nada. Eran fines de semana intensos y largos a los que acudíamos con mucha ilusión para ver en acción a todos los pilotos, ya fueran las figuras de los grandes equipos o los muchos pilotos de las llamadas fórmulas de promoción, léase Desafío Peugeot, Copa Renault, Corsa, Seat Panda y lo que cupiera. Al volver a casa, sobre todo por las carreteras N de la época en las que había que espabilar para no quedarse a vivir en ellas, llegábamos medio rotos, pero merecía la pena. Las anécdotas vividas con Juanma fueron muchas, y recuerdo especialmente dos: una, cuando dejó caer que me denunciaría por llevarlo siempre con el pie a fondo, y otra, cuando aburridos de tanto kilometraje intentamos saber en las bajadas a tumba abierta por los puertos de La Canda, Padornelo o Piedrafita qué pasaría y cómo responderían, si nos quedábamos sin frenos, las pistas de frenado de arena; en una de ellas faltó poco para que tuvieran que venir a rescatarnos.

Por aquellos años, el compromiso de AUTOhebdo con sus lectores habituales y los ocasionales era total. Y me refiero a los puntuales cuadernillos que la revista ofrecía con los avances de los rallyes, que agotaban la edición, superando la venta de lo que después contábamos. Cuando no había internet ni redes sociales, si alguien quería saberlo todo sobre un rallye (recorrido, tramos, horarios, inscritos, alojamientos), ya fuera del Nacional o del Mundial, ahí estaba AUTOhebdo.

Además de seguir puntualmente todas las especialidades de nuestro mundo deportivo del motor, como F1, Resistencia, Turismos, Copas y Trofeos de nuestras pistas, lo sucedido en las regiones y hasta el Karting (que nadie consideraba), el gran tirón de AUTOhebdo se produjo con la llegada de Carlos Sainz al Mundial, en sus primeros pasos con el Sierra Cosworth, su posterior entrada en el equipo Toyota y, en definitiva, su larga y prolífica carrera deportiva, que aún sigue activa.

Toda su carrera, títulos, desconsuelos y más, los seguí de principio a fin a pie de cuneta, recorriendo medio mundo. En Europa, Asia, Oceanía, África o Sudamérica, AUTOhebdo tenía que estar, pasara lo que pasara y costara lo que costara, que no era poco, pero nuestro editor, el Sr. Criado, nunca puso la más mínima pega.

Fueron unos años fantásticos y hasta locos. ¿O es que no era una locura ir de Madrid al Rallye de Indonesia, hacer fotos de dos tramos (cuatro carretes) y volver a Madrid con las imágenes? Pues así fue, 36 horas de vuelo, seis en tierra y vuelta a casa. El objetivo estaba claro: si no había fotos, no se cubría la información como tenía que ser. Respecto a esto de las fotos, recuerdo también lo que sucedió en un Rallye de Suecia, allá por 1991, del que regresé un día antes (sábado) de que la carrera terminara (domingo), para que hubiera material gráfico en la redacción. Yo cumplí el objetivo, pero mis colegas de Autopista, Ricardo Muñoz, y de Motor 16, Manolo Madrid, no pudieron salir de Suecia por un fuerte temporal de nieve, con lo cual no tenían fotos para sus respectivos reportajes. Con las que yo hice dio para las tres publicaciones. Nuestro editor dejó caer que habría que cobrarles algo, a lo cual yo, autor del reportaje gráfico, me negué por completo. Hoy por ti, mañana por mí.

Con la adquisición de AUTOhebdo por el Grupo Zeta, la revista siguió su rumbo, hasta que la crisis económica de 2008 y la popularización de internet debilitó no pocas publicaciones; primero cayó TODO RALLYES, de la que fue hacedor y responsable Nacho Blanco, y después AUTOhebdo. Todos nuestros seguidores lo sintieron, pero AUTOhebdo siguió estando presente. Parecía perdida, hasta que un grupo de valientes, Juan Manuel Fernández Pellón, Rafael J. Cid, Jorge Brichette, Claudio Luna, Josep Viaplana, etc., y todos los colaboradores autonómicos, pusieron nuevas ruedas al carro editor para que tu revista favorita siguiera adelante. A todos, mi agradecimiento y mi consideración.

 

Nº 1776 (Octubre, 2022) 

Javier Bueno

Periodista del motor en AUTOhebdo SPORT desde 1984 hasta 2018.

*Las opiniones expresadas en esta columna son personales y no reflejan necesariamente la línea editorial de la revista.