AutoHebdoSport
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Agosto, 2021

Hola amigos. Corrían los primeros meses de 1982 y estábamos inmersos en un nuevo proyecto liderado por nuestro mánager, Giuseppe Risi, y el magnífico director técnico Ian Dawson, que estuvieron con nosotros en nuestro periplo por el Mundial de Fórmula 1 y el Mundial de Resistencia de 1981 con el equipo oficial Lola.

Las dos victorias conseguidas en el Mundial en Brands Hatch y Enna-Pergusa con aquel precioso Lola T600, compartiendo volante con Guy Edwards, nos animaron a poner en pista un Prototipo que sería el antecesor de los Grupo C, bautizado como GRID (las siglas de sus promotores). Aquel era un gran coche, aunque penalizado por un motor Cosworth que ya acusaba su falta de potencia por el paso del tiempo. A pesar de aumentarle la cilindrada hasta los 3,7 litros, seguía penalizado en la parte motriz, y cuando por fin conseguimos ponerle un motor Porsche tres años después ya había llegado toda la nueva generación de Prototipos. Fueron, en todo caso, unas temporadas muy bonitas donde compartimos volante con pilotos como David Hobbs, mi admirada Desiré Wilson o Derek Daly, entre otros.

La información sobre nuestras andanzas internacionales llegaba a España fundamentalmente a través de las páginas de deporte de las revistas Autopista y Velocidad, pero en mayo de aquel 1982 un cambio importante ocurrió cuando un periodista, precisamente de la revista Velocidad, Luis Ramón Criado, puso en marcha una revista exclusivamente de contenido racing, llamada AUTOhebdo SPORT.

La posibilidad de tener un medio vinculado exclusivamente a la actividad deportiva del automóvil era todo un lujo, y era toda una novedad el tener no solo información de calidad de las carreras, sino también pruebas de coches de competición o deportivos. De hecho, recuerdo que tuve ocasión de ejercer como probador para la revista de “aparatos” de todo tipo, entre otros los de las fórmulas de promoción de monoplazas que iban surgiendo en nuestro país. Un par de años antes de que se fundara la revista, mi amigo Arturo Marcos y yo fundamos la Escuela de Pilotos, y recuerdo tener mucho contacto con la revista a través de la escuela, tanto por el apoyo que daba a los pilotos que iban surgiendo como por la colaboración que teníamos en las selecciones de pilotos del Volante AUTOhebdo.

Pero esto no era todo, recuerdo que la sección de anuncios que aparecía al final de la revista era el espacio ideal para comprar y vender material de competición a final de temporada, llantas, escapes, barras antivuelco e incluso algún coche clásico gracias al emergente Campeonato de Clásicos. Esa sección era también el espacio ideal para dar las gracias a tus patrocinadores a final de temporada, y siempre contábamos con un precio especial para los que hacíamos un último esfuerzo económico, para agradecer a todos aquellos que habían hecho posible tu temporada.

A lo largo de los 34 años de singladura de la Escuela de Pilotos hubo un ambiente común de enorme pasión, en el que vimos pasar y dar sus primeros pasos en monoplazas a talentos como Alfonso García Vinuesa, Antonio Albacete, los hermanos Jordi y Marc Gené, Carlos Sainz Sr., Pedro de la Rosa, Antonio García, Fernando Alonso, Borja García, Dani Juncadella y más recientemente un jovencísimo Carlos Sainz Jr. con apenas 13 años.

Sin embargo, en la escuela también tuvimos a muchos alumnos fuera del mundo de la alta competición que, si no podían medirse en prestaciones, no les ganaban en cuanto a pasión, e incluso diría que en vocación por la conducción y el mundo de las carreras.

Entre ellos, permitidme que destaque a uno en concreto por la singularidad de la situación del tema que nos ocupa en estas líneas. Me refiero a un alto ejecutivo de uno de los grandes bancos de nuestro país, que a base de coraje y sacrificio procuraba venir a cursos de gran nivel y tests exclusivamente de monoplazas, buscando esa excelencia que todos deseamos.

Por si fuera poco, este gran apasionado tenía un hijo que era jugador de rugby de alto nivel, pero al que le picó también el gusanillo de las carreras, hasta el punto de plantearse cambiar de deporte y abandonar el rugby.

Mientras esto ocurría, nuestra querida AUTOhebdo SPORT, después de distintas vicisitudes como la venta del Grupo Zeta, dejó de publicarse, y tristemente aquello suponía una pérdida enorme del patrimonio cultural de nuestro deporte después de casi 40 años. Sin embargo, la vida da muchas vueltas y aquel ejecutivo de banca que antes mencionaba, que estaba desarrollando una notable actividad deportiva dentro del equipo Chefo Sport, logrando resultados muy destacables, a veces incluso compartiendo volante con su jugador de rugby, decidió dar un paso más.

Su desbordante afición, pero también su capacidad de análisis empresarial, que le llevó a ser uno de los ejecutivos de referencia del sector, le llevaron a embarcarse junto a Juanma, Rafa, Jorge y Claudio en la aventura de recuperar para todos esa gran publicación que lleva nuestro deporte en su ADN: AUTOhebdo SPORT.

Por cierto, esa persona se apellida Alonso, pero nada que ver con nuestro mejor piloto de Circuitos. Un fuerte abrazo y gracias, Gabriel.

 

Nº 1762 (Agosto, 2021) 

Emilio De Villota

Expiloto de automovilismo español. En Fórmula 1 participó en 14 Grandes Premios

*Las opiniones expresadas en esta columna son personales y no reflejan necesariamente la línea editorial de la revista.